¿Cómo y dónde afilar disco para sierra circular?
Una sierra circular es una herramienta muy útil para cortar diversos materiales, pero no sin inmortales y su eficacia depende en gran medida del estado del disco que se le acople.
Con el uso, los discos se desgastan, se ensucian y se vuelven romos, lo que afecta a la calidad y la seguridad del corte. Por eso, es importante saber cómo afilar un disco de sierra circular, para mantenerlo en óptimas condiciones y alargar su vida útil.
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¿Cómo afilar discos de corte?
Los discos de sierra circular de diamante son los más resistentes y duraderos, pero también los más caros. Están formados por una hoja metálica con segmentos de diamante sintético en el borde, que son los que realizan el corte. Para afilar estos discos, se necesita un material abrasivo de una dureza similar o superior al diamante, como el carburo de silicio.
En el mercado, se pueden encontrar discos especiales para afilar discos de diamante, que se colocan en el eje de la sierra circular y se pasan por los segmentos de diamante para eliminar el material sobrante y recuperar el filo.
Los discos de sierra circular de madera o metal son más blandos que los de diamante, y se pueden afilar con una piedra de afilar, una lima o una amoladora. Al tratarse de un disco acerado hay muchos materiales que desgastan los dientes y que se pueden colocar en el eje de la amoladora y con mucha precaución afilar cada diente del disco.
El proceso empieza “vistiendo” la cuchilla, es decir, devolviendo a cada diente de la hoja de sierra circular su función original previa (el desgaste se puede deber a la acción de los residuos metálicos, a cortar madera o, en general, al desgaste natural de la hoja). Luego hay que seguir estos pasos:
1. Marcar el primer diente
Para saber por dónde empezar y terminar el afilado, se recomienda marcar el primer diente del disco con un rotulador o una tiza. Así, se evita afilar dos veces el mismo diente o saltarse alguno.
2. Fijar el disco
Para afilar el disco de forma segura y cómoda, se debe fijar en un banco de trabajo o una mordaza, de manera que quede bien sujeto y no se mueva. Se debe dejar un espacio suficiente entre el disco y la superficie de trabajo para poder acceder a los dientes con facilidad.
3. Afilar los dientes
Para afilar los dientes, se debe pasar la piedra, la lima o la amoladora por el borde de cada diente, siguiendo el ángulo y la forma original. Se debe aplicar una presión moderada y uniforme, y hacer varias pasadas (entre 3 y 10 veces) hasta conseguir el filo deseado. Se debe repetir el proceso con todos los dientes, siguiendo el orden marcado por el primer diente.
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